¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica (o eccema atópico) es una enfermedad de la piel que se presenta en bebés y niños. Por tratarse de una condición crónica debe tener un tratamiento de mantenimiento y otro para manejar los cuadros agudos o de brote activo. Estos últimos deben tratarse mediante medicamentos tópicos para calmar la piel inflamada y aliviar la picazón.
Síntomas:
Los bebés pueden presentar síntomas con tan solo 2-3 meses de vida. Puede aparecer repentinamente una erupción que deja la piel seca, descamada y con picor.
Las zonas comprometidas varían con la edad pero son de fácil identificación por parte del pediatra y el dermatólogo.
Las zonas donde aparece la dermatitis atópica de manera más frecuente en los bebés son: la cara (en especial las mejillas) y el cuero cabelludo. Los niños más grandes suelen afectarse en pliegues de flexión como delante de codos y rodillas.
Esta condición puede sobreinfectarse por el rascado de allí que el tratamiento con antiinflamatorias tópicos de forma temprana mejore rápidamente los cuadros agudos y evite esta complicación.
Los bebés que no pueden rascarse suelen frotarse la piel, ponerse irritables y tener dificultad para dormir. Está situación compromete la calidad de vida de los pequeños y sus padres.
Causas y desencadenantes
La Doctora Paola Torres, dermatóloga especialista resume las causas:
Genética: otros familiares tienen o tuvieron dermatitis atópica, rinitis alérgica y/o asma.
Alteración de la barrera cutánea, es decir mal funcionamiento de la función de barrera que tiene la piel.
Alteración del sistema inmune (defensas) que termina produciendo inflamación.
Otros factores
Tejidos como la lana y el nylon que pueden ser abrasivos y provocar mayor sudoración, irritación y picazón de la piel.
NO se recomienda suspender de forma sistemática ningún alimento a los niños afectados a menos que este claramente identificada una alergia alimentaria como puede darse con productos lácteos, frutos secos, mariscos, etc. (consulte al médico antes de eliminar alimentos de la dieta).
Alergias a los ácaros domésticos, al polvo o al polen.
Detergentes.
Tabaquismo pasivo.
Algunos de los efectos secundarios de la enfermedad - como el estrés o el insomnio - también pueden empeorar los síntomas
Tratamientos
La especialista explica que aunque la mayoría de los niños mejoran con la llegada de la adolescencia, algunos persisten con síntomas hasta la vida adulta por lo cual debe contemplarse la dermatitis atópica como una enfermedad crónica que requiere un tratamiento juicioso que busca evitar cuadros agudos frecuentes y el adecuado manejo de los mismos cuando se presenten: calmar la piel, reducir la tensión emocional, prevenir infecciones y detener el engrosamiento de la piel secundario a agudización de las fases y el rascado.
El plan de tratamiento ha de incluir cuidados con productos dermocosméticos específicos para la condición y modificaciones en los hábitos cotidianos.
Siempre deben usarse humectantes dos a tres veces al día en toda la piel del menor y solo en caso de cuadros agudos usar en las áreas inflamadas de la piel productos tópicos con corticoides que se encargaran de resolver la inflamación con la debida supervisión médica.
Es importante que padres y cuidadores conozcan la condición para informar que no es contagiosa y evitar que los demás niños hagan bromas al respecto.
Sugerencias para los padres de niños que sufren dermatitis atópica facial
Paola Torres, dermatóloga coordinadora del programa dermamás recomienda:
Para la higiene utilice agua templada, no caliente.
Seque la piel aplicando una toalla con suavidad y sin frotar, a continuación aplique directamente la crema humectante. Repita en la noche.
Mantenga cortas las uñas del niño para que se lastime lo menos posible al rascarse.
Inicie tempranamente el manejo indicado por su dermatólogo en los cuadros agudos y úselo por el tiempo indicado por el mismo, así evitará complicaciones.