Evidentemente muy diferentes a lo que es la realidad hoy en día. Una mujer de 30 para arriba ya había vivido todo y había hecho lo más divertido en sus veinte... de los 30 a los 40 el asunto sería muy serio, responsabilidades aburridoras y poca proyección a futuro, porque ese ya era el futuro. Por lo menos eso pensaba yo... ¡que bestia!
No quería apresurar el paso para llegar lista a "esa" edad adulta... estaba pasando buenísimo en mis 20 y que pereza tener que subir ese piso que en mi cabeza significaba un "hasta aquí fue porque ahora de 30 seré una señora grande". Vaya sorpresa la que me llevé. Llegué a los 30 y seguía siendo una mujer muy joven, aprendiendo de cada experiencia, con un poco más de sabiduría y conocimiento, con mejor auto conocimiento y sobretodo una "Mónica" más tranquila; la que se disfruta el hoy y el ahora. La que entiende que se pierde mucho tiempo discutiendo con oídos sordos y la que tiene la calma y la paciencia de oír tranquila una contraparte que expone ideas o argumentos contrarios a los que yo pienso son los más adecuados. Por situaciones muy ajenas a mi voluntad... o quién sabe si de repente en el inconsciente cocinaba esta historia; llegue con una lipotusa
que me recibió delgada de cuerpo, un poco débil físicamente pero fuerte de espíritu y mente casi para cumplir mis 30.
Si bien había pasado por terminadas duras, que me sirvieron para madurar y aprender mucho de la vida y de las relaciones humanas en mis 20, no sería hasta el piso 3 que me encontraria de frente conmigo misma. Desnuda de alma, con frío en el cuerpo, flaca de no comer porque nada entraba, pero con una luz interior que me iluminaba cada paso en medio de una oscuridad muy rara que se me había presentado como la mejor sabia para enseñarme una de las más bonitas lecciones de la vida: algo bueno, muy bueno me regaló mi papá, mis abuelas, mis tías, mis ex suegras, mi madrastra, mis amigas... y tanta gente querida y no tanto que había pasado hasta el momento por mi existencia.
En mis 30 comencé por entender la importancia de las relaciones humanas. Sencillito. Que si no fuera por ellas, por esas experiencias que son tesoros y esos maestros poderosos, no habría sido capaz de ponerle de pie y caminar hacia el siguiente destino.
Entré a los 30 con un poder interior muy bonito. En muchos sentidos entendiendo que era una mujer resultado de una experiencia de vida con tantos matices como cualquier otra pero con una historia personal que me hacía única. Agradecida por la suerte o la buena fortuna de estar viva, con salud y cabeza para seguir adelante.
Dietas pocas, comer ha sido un placer delicioso en la historia de mi vida. Pocas veces con exageración y generalmente la moderación ha sido mi mejor aliada. De esa manera, el cuerpo - "la máquina" no cobra tan duro el "pecadito" del de vez en cuando.
A los 30 y algo conocí para qué servían las cremas hidratantes y antiarrugas en la noche y para el día, el ejercicio "porque ahora sí toca", el no comer pesado después de las 6pm y la visita semestral al dermatólogo obligatoria aunque sea para una microdermabrasión... y por qué no mmm una inyectada de plasma. A esta edad el sexo es una delicia porque es más tranquilo. Me explico; uno es grande. Todo es más libre. Quedaron en las mismas? Con gusto en otro escrito les explicó bien porque es un tema largo y ancho. Abarca suficientes caracteres como para darle un espacio propio.
Esta década me invitó a conocer a un maestro como ningún otro; mi hijo. Qué goce ha sido este muchachito. Inmaduro (obviamente) pero un profesor espléndido. Un jovencito que me recuerda la importancia del respeto por la individualidad y lo sagrado que es tener una infancia sana y bien asesorada. La sorpresa por cosas sencillas y la alegría de abrir los ojos cada día también han sido parte de sus recordatorios diarios. Pero antes de el, me dio la mano, me prestó su experiencia, me abrazó y no me soltó un gran personaje que hace parte de esta historia: Juan Pablo. Con el, somos alumnos de la vida, todos los días sin excepción. Con el compartimos esta experiencia.
Dejando atrás esta corta introducción de lo que fue mi llegada a los 30, vamos a hablar claro. Este lapso ha sido una juventud diferente, una madura, enfocada, más tranquila de espíritu.
El ejercicio no es una posibilidad o un pasatiempo. Si no lo hago, no solo me subo de peso sino que además la piel y los músculos pierden tono rápidamente. Es como dormir o alimentarse: el ejercicio a los 30 para arriba es #UnMust. Soy más o menos feliz? Sería muy desagradecida decir que antes no lo fui pero ahora mi felicidad radica en mi, punto. Me sorprendo y agradezco más cada mañana: si. Soy más solidaria y considerada: si.
Amo locamente: no. Amo libremente: si, porque nadie ni nada es mío. Todo es prestado por la vida. Hay que cuidarlo para que se amañe pero si no se logra; vamos para adelante que la mejor compañía es la historia y los lazos que se han creado en el camino hasta este instante y los que sigue uno construyendo a cada paso.
Me pongo bloqueador dos veces al día: Si, obligatorio. SPF 30 loción, antiarrugas, hidratante, lo más natural posible y no grasosa.
Invierto en startups: sin duda, en 3. Que cómo me va en mis negocios: muy bien! porque los cuido como si fueran mis hijos. Y con mis socios nos arriesgamos por ideas que hacemos realidad y rápidamente ponemos a funcionar.
El amor:
- el amor propio primero y lo cuido como tesoro
- el amor que compartimos con Juan Pablo se cuida cada día y el amor con Joaquín es una sabrosura
- el amor por mis amigos de la vida y que es recíproco marcha bien en la medida que entendamos que estamos (los unos por los otros) sin importar la distancia o el tiempo sin vernos y que cuando estamos juntos es un privilegio mutuo
- el amor por lo que hago, ese es un motor que mueve mi vida y es muy importante para que todo lo demás funcione muy bien.
Porque el amor todo lo puede. Así de eficaz.
El gran reto, realmente son varios.
Trabajo con constancia y dedicación varios asuntos que a mi manera de ver son el único camino para dejarle a los que vienen y a los que están un mejor presente y un futuro integro.
- equidad de género
- lucha contra la violencia de género
- cuidado de primera infancia y protección de los derechos SAGRADOS de los niños
- medio ambiente
- inclusión digital
y uno muy sencillo: sacarle una sonrisa con un gesto amable a alguien (un extraño, colega, familiar) que ande de malas y que esto haga la diferencia en su día.
Mi invitación a las que llegan a esta década, pilas pues: si adelantan tema de ejercicio se hacen el favor de la vida. No hay como la rutina de la vida sana. Si le trabajan al amor propio, a perdonar, perdonarse, aprender, crecer en espíritu y conciencia... los 30 van a ser más divertidos.
El sexo; lo que no pudieron, les dio miedo o sencillamente no funcionó tan bien antes; aquí es el momento perfecto para dejarlo muy afinado porque se disfruta al máximo.
El gran reto: entender que cada cual tiene sus tiempos, sus asuntos que solucionar y es momento de hacerlo porque la juventud es un tesoro exquisito que se acaba y lo que queda no son sino las experiencias y la gratitud de lo que ha pasado, de lo que no se dejo de hacer o de las sabias decisiones que nos evitaron un problema mayor. Los 30 son una despedida lindisma y un tanto nostálgica del ser humano cuando cree que todo lo puede y le da la bienvenida al mismo ser que recoge lo que ha sembrado y cultivado en los años que han pasado.
Los 30 son regios, productivos, divertidos, lucrativos y la época perfecta para seguir sembrando para esos 40 que no me imagino ni siquiera lo que traerán consigo.