Sé que era la persona que me consentía, y ahora a través de mi hijo la recuerdo más. Finalmente, como dicen por ahí, “Mamá solo hay una”, y los recuerdos que tengo de ella son los más divinos, porque yo era una personita de tres años y medio cuando ella murió de lupus a los 26 años.
Para mí, el Día de la Madre son todos los días. Aunque no crecí con la mía al lado, celebro con mis abuelas adoradas Mima y Julieta, quienes me cuidaron y me han dado todo su amor a lo largo de mi vida, eso sí, sin dejar de lado a mi padre que ha sido como una segunda mamá.
Por eso trato de mimarlas cualquier día que se me ocurra o cualquier día que ellas tengan la necesidad de recibir amor especial. A Patricia, mi mamá, me la imagino frente a mí y le digo: Muñeca divina, agradezco siempre tantas horas de amor, dedicación y paciencia. Hoy soy yo, pero con parte de tu ADN, la que dedica ese tiempo sagrado a nuestro Joaquín.
Por eso trato de mimarlas cualquier día que se me ocurra o cualquier día que ellas tengan la necesidad de recibir amor especial. A Patricia, mi mamá, me la imagino frente a mí y le digo: Muñeca divina, agradezco siempre tantas horas de amor, dedicación y paciencia. Hoy soy yo, pero con parte de tu ADN, la que dedica ese tiempo sagrado a nuestro Joaquín.
Él dice que te conoce perfecto... increíble. A través suyo te siento presente en mi vida. Te celebro cada día en pequeñas acciones que son remembranza de la fortuna de haberte tenido unos años en mi infancia. Feliz Día de la Mamá, de la mejor chef de sopa de tomate y flan de caramelo, de la que me enseñó la verdadera razón del arco iris. Con amor infinito, tu hija Copito de algodón.