Los manglares se encuentran entre los ecosistemas más dinámicos de la Tierra, pero también entre los más amenazados, debido al crecimiento urbano e industrial.
Estos hábitats naturales están siendo destruidos a tasas de 3 a 5 veces mayores que las de los otros bosques y más de un cuarto de la superficie original de manglares del mundo ya ha desaparecido.
Una de las principales amenazas para los manglares es su destrucción para el desarrollo costero y la acuicultura. Por ejemplo, solo en Filipinas más de 50% de los manglares se ha perdido desde 1918, en gran parte como resultado del establecimiento de estanques de acuicultura.
La contaminación y la sobreexplotación también están reduciendo los servicios ecosistémicos proporcionados por los manglares. Los cambios en las condiciones locales del agua causadas por las represas aguas arriba, el riego y la contaminación han llevado a la pérdida de muchos manglares, y el aumento del nivel del mar es un reto a largo plazo.
Los manglares albergan una espectacular diversidad de flora y fauna; garantizan la seguridad alimentaria de las comunidades locales; proporcionan productos forestales y sostienen la pesca -alrededor de 75% de las especies comerciales de peces pasan parte de su ciclo de vida en estos humedales costeros-; protegen las costas de la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos y contribuyen a la calidad del agua mediante la filtración de nutrientes y sedimentos.
También son clave en la lucha contra el cambio climático, ya que los bosques de manglares de todo el mundo secuestran hasta 22,8 millones de toneladas de carbono al año.
Afortunadamente, hay un reconocimiento creciente de que la Tierra y la humanidad simplemente no pueden permitirse el lujo de perder estos ecosistemas vitales.
DATOS CURIOSOS
- Los manglares se encuentran en 123 naciones y territorios, pero representan menos de 1% de todos los bosques tropicales en todo el mundo y menos de 0,4% de todos los bosques mundiales
- La ordenación y restauración de los ecosistemas de manglares es una forma factible y rentable de ayudar a garantizar la seguridad alimentaria de muchas comunidades costeras.
- Los manglares son ricos en biodiversidad. Proporcionan un valioso hábitat de vivero para peces y crustáceos; una fuente de alimento para los monos, ciervos, pájaros, incluso canguros; y una fuente de néctar para las abejas. Apoyan comunidades complejas, donde miles de otras especies interactúan.
- Los manglares actúan como una forma de defensa natural de la costa: reducen la erosión, atenúan las olas (y los tsunamis) y reducen la altura de las marejadas.
- Los suelos de manglar son sumideros de carbono altamente efectivos. Están entre los ecosistemas tropicales más ricos en carbono a nivel mundial y pueden contener más carbono por metro cuadrado que los bosques tropicales. En promedio, almacenan alrededor de 1.000 toneladas de carbono por hectárea en su biomasa y suelo subyacente.
- Si se destruyen, degradan o pierden, estos ecosistemas costeros se convierten en fuentes de dióxido de carbono y contribuyen al calentamiento global.
Información de ONU AMBIENTE
crédito fotografía Manglares en Ko Lanta, Tailandia ©: GRID Arendhal, Peter Prokosch, 2014